Amanece el sábado, o todavía no, suena el despertador a las ocho y cuando antes se me pegaban las sábanas y me escurría en el calor de las mantas evitando empezar el día, ahora me levanto con energía en busca de más energía aún, la de Pedro y la del equipo de Metas Imposibles.
Y es que aquí a lo imposible se le va el «im». Pedro prepara rutas con diferentes niveles de dificultad con alternativas adaptadas a todas las condiciones físicas, gran trabajo por tu parte, así que ahí van las primeras gracias teacher 🙂
Las segundas se irían quizá por el aporte continuo de información técnica para hacerlo todo más fácil y más seguro, por sus consejos e información constante, por cuidarnos tanto y por mantener a todo el grupo altamente motivado a pesar del esfuerzo que en ocasiones suponen algunos tramos. Así que ahí van las segundas, por toda esa labor de apoyo, de positividad inagotable y energía contagiosa.
Hay más, muchas más gracias… Por ejemplo las que hacen referencia a los lugares tan bien escogidos para disfrutar con todos los sentidos. Las rutas seleccionadas discurren por montes de la zona, por sendas que permiten disfrutar de los colores inagotables de la estación en curso, de riachuelos, animales, de olores, de vistas increíbles al mar o a más montes, de castañas, de caminos estrechos y otros sacados de cuentos o historias fantásticas, de los sonidos del agua o del viento, de montones enormes de hojas o de prados sacados de películas con aire bucólico y romántico. Hay para todos los gustos, no hay excusa.
Así que, personalmente, tengo muchos motivos por los que agradecer también a mi amiga Pili, las insistente recomendación de probar esta completa actividad con Pedro. Buena puntería.
Ahora soy yo la que animo a la gente a dejarse contagiar por el conocimiento, la envidiable energía, los consejos, el buen humor y el buen rollo de este hombre. Gracias Pedro por hacer el «im» más pequeñito.
…Por muchas alarmas más los sábados a las ocho 😊
Abrazo enorme!!